Siempre han existido comunidades vulnerables, sectores en el olvido y gente con muchas necesidades. Pero parece ser que la situación del Co...
Siempre han existido comunidades vulnerables, sectores en el olvido y gente con muchas necesidades. Pero parece ser que la situación del Covid-19 ha sacado todas esas historias a relucir. Y es que muchas de estas personas a pesar de sus angustias y problemas, lograban conseguir algo de sustento para sobrellevar su día a día. Ahora con la contingencia que estamos viviendo y el aislamiento obligatorio, muchos de estos trabajadores informales han quedado en un limbo, pues no tienen ninguna entrada de dinero ni ayuda del estado.
Historias
Recicladores, trabajadores de tabernas, comerciantes y un sinfín de actividades informales realizan los ciudadanos que habitan en un inquilinato de la carrera 10 con calle 7- 49 en el barrio Corocito de Pereira. Todos ellos hoy están viviendo en precarias condiciones.
José Luis Ramírez habló sobre su condición: “aquí todos trabajamos, no era algo estable, pero algo se hacía de dinero para vivir. Lo que ganábamos era con el día a día, pero ahora estamos desesperados. El Gobierno dice que tenemos que encerrarnos, pero dígame ¿cómo cumplimos? si ahora estamos aguantando hambre”.
Enfermedades
Y es que en este inquilinato vive gente humilde, sencilla, carismática y muy unida, tanto que se han convertido en una familia. Una de las mayores preocupaciones de todos ahora es la que hay por una vecina quien está enferma; ella debe alimentarse bien por su estado, pero por la contingencia eso ha sido imposible. “Mi nombre es Lina Herrera, yo sufro de diabetes y tengo problemas respiratorios, soy víctima del desplazamiento, vivo en una habitación sola, nadie nos dice nada, no me entregan medicamentos, no sabemos qué más hacer. Ya he sufrido mareos y molestias, debido a que si no me alimento estas empeoran”.
Inquilinato
Cualquier mercado que llega a este lugar es repartido en partes iguales, incluso la administradora les ayuda en ocasiones a cocinar, pero cada día que pasa la situación se ha vuelto más complicada, así lo dijo Lucero Vargas quien es la encargada del inquilinato, “aquí habitamos muchos, estamos muy mal económicamente. Pusimos un trapo rojo para que alguien nos traía algo de comida, pero hasta ahora nada llega. Algunos vecinos nos han traído uno que otro alimento y lo que hago es un almuercito en general, pero no nos alcanza, necesitamos mercados para sostenernos si quiera unos días”.
Cifra
22 personas se encuentran en este inquilinato. Si alguien desea ayudarlos, lo pueden hacer a través del teléfono 311 6019994 o en el inquilinato que se encuentra ubicado en la carrera 10 #7-49 barrio Corocito.
COMENTARIOS