El aislamiento obligatorio ha hecho que las actividades del día a día se transformen, algunos hacen lo que se llama teletrabajo y otros inte...
El aislamiento obligatorio ha hecho que las actividades del día a día se transformen, algunos hacen lo que se llama teletrabajo y otros intentan reinventarse para conseguir algo de ingresos. Sin duda hay un sector que ha triplicado su actividad durante la pandemia, es el área de la salud y sus profesionales a parte de la labor que realizan tienen una vida y una familia, lo que implica mayor responsabilidad.
Historia
Francisco Ospina es trabajador de la salud de una conocida clínica en Pereira, él compartió con Q’hubo la experiencia de su laborar durante la pandemia por la Covid-19. “Soy enfermero. Mi rutina diaria siempre cuenta con los protocolos necesarios, desde que salimos de la casa hasta cuando nos devolvemos del trabajo. La jornada comienza muy temprano, según los turnos que nos toquen, en total trabajamos 12 horas. Por ejemplo, yo estoy en el día, tengo que madrugar a las 4:30 de la mañana para llegar a la clínica antes de las 6 a.m. Cada que salimos de nuestros hogares nos despedimos de nuestra familia sin saber qué puede pasar mientras trabajamos”.
Labor
El verdadero desafío para estos héroes comienza cuando llegan a las entidades de salud a ejercer su oficio. “Sabemos que nuestra labor es de sacrificio, pero somos finalmente humanos, así que sentimos miedo por la problemática con la Covid-19; no podemos tampoco dejar de trabajar, primero porque esta es nuestra labor profesionalmente, y segundo porque muchos de nosotros llevamos las riendas de un hogar que no podemos descuidar, es por que nos cuidamos.
Dentro de la rutina llegamos a la clínica recibimos el turno, nos ponemos los elementos biomédicos de protección y comenzamos a recibir pacientes.
Estamos en una institución que nos cuida, han sido correctos con los protocolos, a cada enfermero nos toca un médico y de la mano de él cumplimos todas las tareas que se dispongan durante el día. Posteriormente tenemos entre 15 a 20 minutos para almorzar y así continuamos nuestra jornada”.
Regreso
“Llegamos a la casa luego trabajar y obviamente hay un miedo de que vayamos a infectar a alguien de nuestra familia. Por eso al llegar, en la puerta de la vivienda, en un balde con agua y jabón echamos todas nuestras pertenencias, nos quitamos hasta la ropa, y cualquier elemento externo que traigamos de la calle, e inmediatamente para el baño a ducharnos. Así son cada uno de los días”.
Finalmente el mensaje que deja Francisco es que ellos hacen su labor, pero que la gente debe cuidarse, no salir de casa si no es necesario y seguir todas las recomendaciones que se entreguen desde los entes de salud, para que entre todos se pueda salir de esta complicada situación.
Francisco Ospina es trabajador de la salud de una conocida clínica en Pereira, él compartió con Q’hubo la experiencia de su laborar durante la pandemia por la Covid-19. “Soy enfermero. Mi rutina diaria siempre cuenta con los protocolos necesarios, desde que salimos de la casa hasta cuando nos devolvemos del trabajo. La jornada comienza muy temprano, según los turnos que nos toquen, en total trabajamos 12 horas. Por ejemplo, yo estoy en el día, tengo que madrugar a las 4:30 de la mañana para llegar a la clínica antes de las 6 a.m. Cada que salimos de nuestros hogares nos despedimos de nuestra familia sin saber qué puede pasar mientras trabajamos”.
Labor
El verdadero desafío para estos héroes comienza cuando llegan a las entidades de salud a ejercer su oficio. “Sabemos que nuestra labor es de sacrificio, pero somos finalmente humanos, así que sentimos miedo por la problemática con la Covid-19; no podemos tampoco dejar de trabajar, primero porque esta es nuestra labor profesionalmente, y segundo porque muchos de nosotros llevamos las riendas de un hogar que no podemos descuidar, es por que nos cuidamos.
Dentro de la rutina llegamos a la clínica recibimos el turno, nos ponemos los elementos biomédicos de protección y comenzamos a recibir pacientes.
Estamos en una institución que nos cuida, han sido correctos con los protocolos, a cada enfermero nos toca un médico y de la mano de él cumplimos todas las tareas que se dispongan durante el día. Posteriormente tenemos entre 15 a 20 minutos para almorzar y así continuamos nuestra jornada”.
Regreso
“Llegamos a la casa luego trabajar y obviamente hay un miedo de que vayamos a infectar a alguien de nuestra familia. Por eso al llegar, en la puerta de la vivienda, en un balde con agua y jabón echamos todas nuestras pertenencias, nos quitamos hasta la ropa, y cualquier elemento externo que traigamos de la calle, e inmediatamente para el baño a ducharnos. Así son cada uno de los días”.
Finalmente el mensaje que deja Francisco es que ellos hacen su labor, pero que la gente debe cuidarse, no salir de casa si no es necesario y seguir todas las recomendaciones que se entreguen desde los entes de salud, para que entre todos se pueda salir de esta complicada situación.
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