Esta pandemia ha servido para contar historias positivas, negativas, de gente que aporta a la sociedad, de otros que están viviendo bajo con...
Esta pandemia ha servido para contar historias positivas, negativas, de gente que aporta a la sociedad, de otros que están viviendo bajo condiciones críticas y familias enteras que se enfrentan a la falta de alimento en sus viviendas. En la carrera 11 #8-46 de Pereira hay una casa de varios niveles que funciona como inquilinato, en cada uno de ellos una serie de habitaciones; en cada una de ellas una historia de precariedad.
Inquilinato
Dora Lucía Ormaza, quien vive en este lugar y hace las veces de administradora, relató que “aquí vivimos más de 30 personas, en su gran mayoría trabajadores ambulantes; por el aislamiento obligatorio estos ciudadanos detuvieron sus labores; no hay ningún ingreso económico y lo más grave es que los alimentos ya comenzaron a escasear, hay adultos mayores, madres cabeza de hogar y niños”.
Historias
Cada una de las historias muestra la valentía que tiene la gente para subsistir, pero al mismo tiempo denota el desequilibrio social que existe en la ciudad. “En los primeros cuartos podemos encontrar a un señor que está a puertas de una operación y le dio peritonitis lo que no ha dejado avanzar su proceso. En otra hay una pareja que vende bonice, pero por lo que está pasando no ha podido salir a vender su producto.
Habita también una pareja de venezolanos que trabajaba en un restaurante y que forma parte de las cifras de las personas que han despedido, sumado a esto sienten que por ser extranjeros son ignorados. En otro de estos espacios hay unos esposos que fueron desplazados por la violencia y que llegaron desde Medellín, hoy no tienen acceso a la salud y lastimosamente la mujer sufrió una trombosis, los medicamentos y los controles que debe tener con el médico no se han podido dar, ya que no son oriundos de la ciudad”.
Como ellos cada uno de los relatos muestra vivencias desgarradoras y difíciles, pero a pesar de las circunstancias ellos siguen ahí batallando en la vida.
Dato
Hoy cada una de estas familias necesita ser visible para las administraciones pues sus problemáticas requieren una intervención urgente del estado y segundo la ayuda de la comunidad que les quiera colaborar, porque si alguien necesita de un empujón son estas personas, que al día de hoy muchos de ellos no tienen ni para desayunar. Se pueden comunicar con ellos a través del teléfono 320 7105245.
Dora Lucía Ormaza, quien vive en este lugar y hace las veces de administradora, relató que “aquí vivimos más de 30 personas, en su gran mayoría trabajadores ambulantes; por el aislamiento obligatorio estos ciudadanos detuvieron sus labores; no hay ningún ingreso económico y lo más grave es que los alimentos ya comenzaron a escasear, hay adultos mayores, madres cabeza de hogar y niños”.
Historias
Cada una de las historias muestra la valentía que tiene la gente para subsistir, pero al mismo tiempo denota el desequilibrio social que existe en la ciudad. “En los primeros cuartos podemos encontrar a un señor que está a puertas de una operación y le dio peritonitis lo que no ha dejado avanzar su proceso. En otra hay una pareja que vende bonice, pero por lo que está pasando no ha podido salir a vender su producto.
Habita también una pareja de venezolanos que trabajaba en un restaurante y que forma parte de las cifras de las personas que han despedido, sumado a esto sienten que por ser extranjeros son ignorados. En otro de estos espacios hay unos esposos que fueron desplazados por la violencia y que llegaron desde Medellín, hoy no tienen acceso a la salud y lastimosamente la mujer sufrió una trombosis, los medicamentos y los controles que debe tener con el médico no se han podido dar, ya que no son oriundos de la ciudad”.
Como ellos cada uno de los relatos muestra vivencias desgarradoras y difíciles, pero a pesar de las circunstancias ellos siguen ahí batallando en la vida.
Dato
Hoy cada una de estas familias necesita ser visible para las administraciones pues sus problemáticas requieren una intervención urgente del estado y segundo la ayuda de la comunidad que les quiera colaborar, porque si alguien necesita de un empujón son estas personas, que al día de hoy muchos de ellos no tienen ni para desayunar. Se pueden comunicar con ellos a través del teléfono 320 7105245.
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