John Alexánder Bedoya Pinilla solo estaba esperando que las restricciones por el coronavirus cedieran un poco para poder viajar de Tuluá a D...
John Alexánder Bedoya Pinilla solo estaba esperando que las restricciones por el coronavirus cedieran un poco para poder viajar de Tuluá a Dosquebradas para visitar a su amado padre. Según la familia, él, quien era pensionado de la Policía, quería mucho a su progenitor y se preocupaba por él, lo que más disfrutaba en la vida era sentarse a charlar con él largas horas, por desgracia, ese momento tan anhelado para padre e hijo, terminó en una tragedia.
Beboya Pinilla murió en la madrugada de ayer en la finca La Pastora de la vereda Santana Baja, donde estaba reunido con sus seres queridos y cayó del segundo piso.
Llegó de visita
John Alexánder llegó a Dosquebradas en compañía de su familia el pasado miércoles y el fin de semana varios allegados se reunieron en la finca para disfrutar de un asado. El expolicía estuvo tomando cerveza desde temprano y poco antes de la medianoche del sábado, decidió irse a dormir, pues se sentía algo mareado.
Así, todos decidieron seguirlo e irse a descansar. Un familiar se encargó de guardar el bafle con el que estaban oyendo música en la terraza, pero no lo había desconectado, así que John Alexánder se agachó para hacerlo y al parecer el peso de su cuerpo lo tumbó con tan mala suerte que estaba muy cerca del abismo en el corredor del segundo piso y cayó.
Su muerte se produjo de manera inmediata y se vieron en la obligación de dar aviso a las autoridades.
Su vida
John Alexánder residía en Tuluá con su esposa y dos hijos, vivía de su pensión como policía y era una persona casera, dedicada a la familia.
Beboya Pinilla murió en la madrugada de ayer en la finca La Pastora de la vereda Santana Baja, donde estaba reunido con sus seres queridos y cayó del segundo piso.
Llegó de visita
John Alexánder llegó a Dosquebradas en compañía de su familia el pasado miércoles y el fin de semana varios allegados se reunieron en la finca para disfrutar de un asado. El expolicía estuvo tomando cerveza desde temprano y poco antes de la medianoche del sábado, decidió irse a dormir, pues se sentía algo mareado.
Así, todos decidieron seguirlo e irse a descansar. Un familiar se encargó de guardar el bafle con el que estaban oyendo música en la terraza, pero no lo había desconectado, así que John Alexánder se agachó para hacerlo y al parecer el peso de su cuerpo lo tumbó con tan mala suerte que estaba muy cerca del abismo en el corredor del segundo piso y cayó.
Su muerte se produjo de manera inmediata y se vieron en la obligación de dar aviso a las autoridades.
Su vida
John Alexánder residía en Tuluá con su esposa y dos hijos, vivía de su pensión como policía y era una persona casera, dedicada a la familia.
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