Un menor de 16 años, residente en el barrio Guadualito de Dosquebradas, fue aprehendido por las autoridades policiales minutos después de co...
Un menor de 16 años, residente en el barrio Guadualito de Dosquebradas, fue aprehendido por las autoridades policiales minutos después de cometer un atraco a mano armada en la zona céntrica de la ciudad.
¿Qué pasó?
La captura tuvo lugar en la calle 19 con carrera 12, vía pública, dos cuadras después de que el joven perpetró el robo. La patrulla policial, alertada por la comunidad que presenció el hurto, respondió de inmediato a las voces de auxilio y recibió las características del presunto delincuente, quien había amenazado con un arma de fuego a una mujer de 54 años para robarle su celular.
La patrulla inició la persecución y logró alcanzar al adolescente, originario de Armenia, a una cuadra del lugar del robo. Durante la huida, el joven arrojó el arma de fuego, pero guardó el celular robado en la pretina del pantalón.En el momento de la captura, las autoridades incautaron al menor el celular de la víctima, valorado en un millón de pesos, y un revólver de fabricación artesanal, calibre 38, considerado ilegal.
La audiencia
El menor fue judicializado por la fiscalía de infancia y adolescencia por los delitos de porte ilegal de armas de fuego y hurto calificado y agravado. El joven guardó silencio frente a los cargos imputados. Finalmente, fue remitido al Centro de Reeducación Marceliano Ossa de Pereira, donde se espera que cumpla las medidas correspondientes y se determine su situación legal.
¿Qué pasó?
La captura tuvo lugar en la calle 19 con carrera 12, vía pública, dos cuadras después de que el joven perpetró el robo. La patrulla policial, alertada por la comunidad que presenció el hurto, respondió de inmediato a las voces de auxilio y recibió las características del presunto delincuente, quien había amenazado con un arma de fuego a una mujer de 54 años para robarle su celular.
La patrulla inició la persecución y logró alcanzar al adolescente, originario de Armenia, a una cuadra del lugar del robo. Durante la huida, el joven arrojó el arma de fuego, pero guardó el celular robado en la pretina del pantalón.En el momento de la captura, las autoridades incautaron al menor el celular de la víctima, valorado en un millón de pesos, y un revólver de fabricación artesanal, calibre 38, considerado ilegal.
La audiencia
El menor fue judicializado por la fiscalía de infancia y adolescencia por los delitos de porte ilegal de armas de fuego y hurto calificado y agravado. El joven guardó silencio frente a los cargos imputados. Finalmente, fue remitido al Centro de Reeducación Marceliano Ossa de Pereira, donde se espera que cumpla las medidas correspondientes y se determine su situación legal.
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