Dos jóvenes de 25 años, Yorbay Bonny Gallego Barahona, originario de Buenaventura, y otro de Calarcá, Quindío, junto con un menor de 17 años...
Dos jóvenes de 25 años, Yorbay Bonny Gallego Barahona, originario de Buenaventura, y otro de Calarcá, Quindío, junto con un menor de 17 años, quedaron en libertad después de ser detenidos por las autoridades policiales mientras huían tras robar el celular a un taxista en Pereira.
¿Qué pasó?
Los hechos tuvieron lugar el pasado viernes 9 de febrero, a las 11:30 de la noche, en la calle 24 con carrera sexta de Pereira, donde una patrulla policial realizaba planes de identificación de personas. La intervención de las autoridades se produjo cuando observaron a Yorbay Bonny Gallego, Barahona y al menor corriendo, seguidos de cerca por un hombre de 63 años que clamaba por ayuda, indicando que acababan de robarle. La víctima, un taxista, relató que los jóvenes lo abordaron a la fuerza en su vehículo y le sustrajeron el celular en la calle 26 con carrera séptima.
Tras la detención, en una requisa personal se encontró el celular robado, avaluado en un millón de pesos.
La audiencia
Yorbay fue llevado a los estrados judiciales, donde la fiscalía le imputó el delito de hurto. Aunque los cargos no fueron aceptados, tanto él como el menor fueron liberados. El adolescente fue judicializado por una fiscalía de infancia y adolescencia, y ambos permanecen vinculados al proceso mientras la justicia continúa su curso.
¿Qué pasó?
Los hechos tuvieron lugar el pasado viernes 9 de febrero, a las 11:30 de la noche, en la calle 24 con carrera sexta de Pereira, donde una patrulla policial realizaba planes de identificación de personas. La intervención de las autoridades se produjo cuando observaron a Yorbay Bonny Gallego, Barahona y al menor corriendo, seguidos de cerca por un hombre de 63 años que clamaba por ayuda, indicando que acababan de robarle. La víctima, un taxista, relató que los jóvenes lo abordaron a la fuerza en su vehículo y le sustrajeron el celular en la calle 26 con carrera séptima.
Tras la detención, en una requisa personal se encontró el celular robado, avaluado en un millón de pesos.
La audiencia
Yorbay fue llevado a los estrados judiciales, donde la fiscalía le imputó el delito de hurto. Aunque los cargos no fueron aceptados, tanto él como el menor fueron liberados. El adolescente fue judicializado por una fiscalía de infancia y adolescencia, y ambos permanecen vinculados al proceso mientras la justicia continúa su curso.
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