Sobreviviente del Sistema y la negligencia médica

Reynaldo Carlos Matute nació en Venezuela, pero lleva más años en Colombia de los que alcanzó a vivir en su país de origen. Llegó como refug...

Reynaldo Carlos Matute nació en Venezuela, pero lleva más años en Colombia de los que alcanzó a vivir en su país de origen. Llegó como refugiado en 1996, y hasta la fecha, la vida insiste en ensañarse con su historia.

Él es don Reynaldo Carlos Matute, la muestra viva de que en

Colombia, no solo hay paseo de la muerte, sino un sistema indolente

 y negligente.

Matute es diabético, pero esta enfermedad nunca le había dado mayor quehacer, porque aprendió a controlarla, pero según él, la cadena de sucesos desafortunados comenzó en 2017, cuando le realizaron un cateterismo coronario en la clínica Los Rosales, porque el resultado arrojó arterias tapadas. Con este diagnóstico, don Reynaldo, como afiliado a Coomeva, comenta que estuvo durante un año, tras la consecución de una cita de Cardiología, que nunca logró.

Lo inevitable tenía que pasar

En ese mismo tiempo tuvo que viajar a Bogotá, para organizar unos documentos de su pasaporte y fue cuando sufrió de un dolor abdominal que obligó a que lo atendieran en el Hospital San José, de donde fue remitido a la Clínica La Navarra. Allí le realizaron otro cateterismo coronario que esta vez arrojó un 95% de arterias bloqueadas y empezó el viaje por cuanto hospital y clínica había, en ninguno lo podían atender, porque Coomeva no había pagado.

Finalmente fue trasladado a Neiva, el único lugar donde lo aceptaron, claro está que tuvo que esperar 10 días por una cama, ahí en el piso de urgencias. Todas estas condiciones condujeron a que adquiriera dos bacterias, con tan mala suerte que resultó resistente al antibiótico. Con esta condición y todo, finalmente lo operaron del corazón.

“Tres días después me dieron de alta, tenía fiebre de 38, pero eso no importó y regresé a Bogotá, por mis propios medios, porque Coomeva que me había llevado no respondió por el regreso”, recuerda el señor Matute. Una semana después tuvo que regresar a La Navarra de nuevo, con otro dolor abdominal.

“Me infarté y para eso me aplicaron Norepinefrina, pero me necrotizó las extremidades, estuve 16 días en estado de coma, le dijeron a mi esposa que no había nada qué hacer y el día que ella estaba haciendo las vueltas con la funeraria reaccioné”.

Jardiance Duo reduce el riesgo de muerte por causas cardiovasculares, al incorporarlo a las terapias de tratamiento convencionales para la diabetes. Pero van dos meses que lo dejan en pendiente.

Vivir en otra condición

Ocho días después le amputaron los pies y a la semana siguiente las falanges de las manos, toda una odisea que se pudo haber prevenido si le dan la cita de Cardiología en 2017. Lo que busca Reynaldo Carlos Matute, es que a otra persona no le vaya a pasar lo mismo, porque en 2019, ya en situación de discapacidad empezó a requerir pañales y silla de ruedas, para ese momento se había cambiado a Sura, pero la situación no cambió mucho que se diga.

Ese mismo año visitó la Personería, pero le dijeron que no se encargaban de este problema, cuando se acercó a poner una tutela en contra de Sura, por lo que no le suministraban. “Me sugirieron que buscara un abogado de oficio, porque era un problema muy complicado. y los abogados se hacían cargo si tenía $6 millones, para pagarle al perito que mirara la historia clínica y encontrara dónde estaba el problema. Me dijeron que agradeciera por estar con vida y que las quejas las tenía que poner en Bogotá”, recuerda Matute.

Pasó el tiempo y nada cambió

Finalmente este paciente nunca pudo demandar, pues lo último que le dijeron era que había dejado pasar mucho tiempo. Ahora los problemas son con Sura, “me autorizan todo lo que necesito, pero cuando voy a Farmacias Unificadas, no me entregan los medicamentos, me evaluaron con 68.22% de discapacidad y todo los medicamentos me los dejan pendientes, ya son dos meses que no me entregan, ni me los traen”.

En el Palacio Nacional le hicieron un desacato y de nada valió, porque le toca mostrarlo cada vez, pues le niegan los pañales, porque no tiene enfermedad urológica, “necesito los pañales por la incapacidad que tengo para ir al baño, mi esposa es de baja estatura y también de la tercera edad, no es capaz de manejarme. Ahora, me quitaron la glucerna con la que mantenía controlada la diabetes, me la cambió un médico que reemplazó las vacaciones de la doctora que siempre me ve y el Enterex, me cae mal”.

En esta orden dice glucerna y no Enterex, que si bien tienen el mismo propósito, contiene algún componente que el cuerpo de Reynaldo Carlos rechaza.

Cifra

$40 mil en taxis, eso le cuesta a Matute cada salida al médico o a reclamar medicamentos, más la ida al Palacio Nacional, porque a todo le ponen traba y depende de una pensión mínima

Dato

Hace 38 años, cuando llegó al país el joven auxiliar de enfermería de 26 años, nunca imaginó que su mismo ramo le jugaría tan malas pasadas.

“Me siento discriminado, siento que lo hacen porque soy extranjero”.