La Seccional de Fiscalías en cabeza de César Agusto Bolaños realizó una investigación que podría catalogarse como perfecta y en tiempo récor...
La Seccional de Fiscalías en cabeza de César Agusto Bolaños realizó una investigación que podría catalogarse como perfecta y en tiempo récord, la cual permitió darle tranquilidad a los feligreses y a la familia.
Foto : Davison Tangarife periódico Q'hubo
En tan solo una semana, el caso del padre Darío Valencia Uribe ha tenido dos avances trascendentales para resolver el misterio de su desaparición. Primero fue la confesión ante la fiscalía de Julián Eduardo Cifuentes Gómez, quien admitió haberlo asesinado y ayer, como consecuencia de esa confesión, el que podría ser el cadáver del sacerdote fue encontrado por la comisión especial creada para buscarlo.
El hallazgo lo conformó la Fiscalía durante el mediodía de ayer: “un equipo especializado del CTI apoyado por la canina especializada en búsqueda de restos humanos y la participación del Gaula de la Policía Nacional, realizó la diligencia de exhumación de un cuerpo humano en la vereda La Cascada, en Belalcázar (Caldas)”.
En la misma comunicación, indicó el ente fiscal que los restos óseos serán entregados a Medicina Legal para iniciar el proceso de identificación que, debido al estado, solo podrá hacerse mediante el análisis del ADN.
Búsqueda y hallazgo
Recordemos que el pasado domingo 15 de septiembre, el fiscal Cuarto Especializado del Gaula, encargado del caso y un agente del Gaula de la Policía, regresaron de París, donde interrogaron al sospechoso y lograron que este confesara su delito y les diera las indicaciones del sitio donde podría estar el cadáver.
La fiscalía no esperó ni un solo día y el lunes 16 de septiembre un grupo especializado, con drones y perros entrenados en la búsqueda de restos humanos, se desplazó hasta la zona indicada, que no es un punto específico, sino un área extensa que tuvieron que recorrer día a día y ‘peinar’ como lo llaman los campesinos, para encontrar los restos.
Se conoció que Cifuentes Gómez dio puntos de referencia para ubicar la zona, los cuales debieron interpretar los investigadores, como nombre de las veredas Patio Bonito y La Cascada, una carretera donde están ubicadas unas casas abandonadas entre otras.
Este hombre también habría revelado que transportó el cuerpo de Valencia Uribe en su propia camioneta, tomó la vía La Virginia - Viterbo, se detuvo en la estación de gasolina del sector de Acapulco donde tanqueó, para reiniciar la marcha por una vía alterna que conduce a las veredas del municipio de Belalcázar, con el propósito de no pasar por el peaje. En la vereda Patio Bonito estacionó la camioneta al costado derecho y arrojó el cuerpo al abismo. 
Foto : Davison Tangarife / periódico Q'hubo
Esperanza
Durante los cinco días de esta semana, los integrantes del grupo especial, acompañados por los perros, llegaban a las 7:30 a.m. y realizaban los recorridos sin descanso hasta las 7:00 p.m., regresaban a Pereira, para madrugar al día siguiente, cada día con la esperanza de hallarlo, de hecho antes de empezar se decían unos a otros “hoy sí lo encontramos”.
Este medio de comunicación logró llegar en la tarde de ayer al punto donde por fin ubicaron los restos. Se trata de una vía principal que conduce a las veredas La Cascada y Patio Bonito, sitio por donde la comisión pasaba todos los días realizando los barridos en pendientes y terreno boscoso, pero las condiciones del terreno no les permitía ver los despojos del padre.
El CTI además de sus investigadores, contó con su guía canino y la perrita Darcy, una canina que tiene 8 años de experiencia en ubicación de personas en estado de descomposición y restos óseos. Este viernes, en punto a las 11:50 a.m., Darcy ubicó el cráneo, se sentó y dio la señal. Tal y como lo dijo el presunto asesino, el cuerpo estaba en un abismo, a 40 metros de la vía principal.
Técnicos judiciales de La Virginia fueron los encargados de concluir el proceso transportando los restos a Medicina Legal. 
Foto : Davison Tangarife / periódico Q'hubo
El cuerpo
A solo cinco días de cumplirse el quinto mes de homicidio lo hallado en el lugar fue una osamenta completa, y si bien será la prueba del ADN la que confirme de manera oficial y científica que se trata del padre, existen pruebas contundentes y concluyentes, entre ellas las prendas de vestir del sacerdote. Además de las indicaciones del confeso asesino.
Residentes de la zona manifestaron que en efecto en el área se sintió el olor a ‘mortecina’ pero pensaron que se trataba de animales, gallinaza u otra razón. Además dijeron que no no conocían el olor a la carne humana en descomposición.
Un caso de horror y dolor
El 25 de abril se reportó la desaparición del padre Darío Valencia Uribe, párroco de la iglesia María Auxiliadora de Pereira, por parte de familiares y miembros de su comunidad quienes sospecharon que algo malo le había pasado porque el cura faltó a sus compromisos religiosos.
La Fiscalía le dio toda la importancia al caso y de inmediato un grupo de investigadores del Cuerpo Técnico empezaron las pesquisas. Lo primero fue revisar los videos de las cámaras de seguridad de los sitios que visitó el padre esa mañana, los cuales fueron claves en el proceso, en especial las imágenes en las cuales se ve que el sacerdote se va en su camioneta acompañado de un hombre, quien fue identificado como Julián Eduardo Cifuentes Gómez, quien le estaba ayudando a vender su vehículo.
Fue clave también la colaboración de los medios de comunicación que difundieron la placa y características del carro del padre.
Los investigadores del CTI en tiempo récord lograron ubicar la camioneta Nissan Frontier de placa GKL-427 en un parqueadero de Viterbo y pudieron establecer que el vehículo primero estuvo en un lavadero ubicado al frente, a donde llegó embarrada y con manchas de sangre. También que el conductor se había llevado una silla con sangre y en la caneca de la basura había botado algunos elementos como el tapiz también ensangrentado y artículos personales del sacerdote como estampitas religiosas y el rosario. En la inspección judicial a la camioneta determinaron que en el tablero había impactado una bala.
Estaban cerca
Con la identificación de la persona que aparecía en el video con el padre y la confirmación de que este era el mismo que llevó la camioneta a lavar y la guardó en Viterbo, Julián Eduardo Cifuentes Gómez fue citado para dar una versión libre en la fiscalía. Todo indica que al sentirse descubierto, optó por renunciar a su trabajo en la estación de gasolina ubicada frente a Ciudad Victoria y huyó a Europa el 28 de abril.
El sujeto llegó a un aeropuerto en París y allí fue requerido inicialmente pues ya había contra él una Circular Azul de Interpol. Sin embargo, este requerimiento no era suficiente para mantenerlo detenido y la Fiscalía se tuvo que mover rápido para lograr emitir, en colaboración con la Interpol, una Circular Roja que permite capturarlo en cualquier parte del mundo.
Las autoridades francesas lo arrestaron en un hotel cercano al aeropuerto y desde ese momento está allí retenido, a la espera del avance de la investigación. Paralelo a ello, la Cancillería colombiana adelanta trámites para que este sea extraditado al país.
Gracias a las gestiones del director de la Seccional de Fiscalías, César Bolaños, el 8 de septiembre y por primera vez, el fiscal del caso y un agente del Gaula de la Policía viajaron a París para interrogar a Cifuentes Gómez, quien solo, el último día, es decir el sábado 14 de septiembre, decidió confesar el homicidio y dar las indicaciones para ubicar el cuerpo. 
Foto : Davison Tangarife / periódico Q'hubo
Cambia el delito
Desde el inicio de la investigación, a Julián Eduardo se le abrió un proceso por desaparición forzada, delito que como pena mínima contempla 40 años de prisión y ninguna rebaja. Ahora, con la confesión y el hallazgo del cadáver del padre, la investigación será por homicidio agravado y porte de armas, delito que si bien tiene una condena alta, sí contempla el beneficio de la rebaja de pena mediante un preacuerdo.
.jpg)
El abogado Renato Marín, quien representa a la Diócesis de Pereira en el proceso en el cual se declaró víctima, le explicó a este medio que, cuando el indiciado pise tierras colombianas se le imputarán los cargos mencionados. Se espera que este busque de inmediato realizar una negociación con la Fiscalía y acepte los cargos ante un juez de garantías para lograr una condena rápida con los beneficios correspondientes.
Dolor en la Iglesia
Luego de la revelación de la Fiscalía del hallazgo de los restos que podrían pertenecer al padre Darío Valencia, monseñor Rigoberto Corredor manifestó a través de un comunicado que “la Diócesis de Pereira lamenta esta noticia que enluta a su familia, a sus amigos y a toda la comunidad episcopal, del cual era un líder connotado. La Diócesis de Pereira agradece a todas las personas que expresan su más sentido pésame y resalta la importante labor de los investigadores, fiscales y todos los cuerpos institucionales que han participado en esta ardua, dolorosa y complicada labor”.
Agregó que “por lo pronto esperar con paciencia y prudencia el resto de labores tendientes por parte de la fiscalía a confirmar científicamente la identidad de los restos encontrados y pedirle a la prensa en general confirmación antes de emitir juicios sin bases”..jpg)
Investigación impecable
El crimen del sacerdote Darío Valencia Uribe, sin duda es el hecho judicial más grave ocurrido durante el presente año en Risaralda, por su dignidad como miembro de la iglesia católica, las circunstancias en las que ocurrió y el impacto en la comunidad que lo apreciaba. Al mismo tiempo, podría decirse que la investigación, en cabeza del director seccional de Fiscalías, César Augusto Bolaños, es una de las más relevantes, porque fue hecha en tiempo récord, con la mejor técnica judicial y porque ofrece verdad a una comunidad que lo clamaba a gritos.
Varios estamentos han reconocido el determinante papel del actual director seccional Bolaños, quien se atrevió a buscar, con apoyo de la Cancillería, y la Fiscalía General, la posibilidad de interrogar al sospechoso en otro país, cosa que nunca se había hecho. Sin duda la agilidad para recaudar las pruebas fue gracias la importancia dada al caso y haberlo declarado prioridad por la Dirección Seccional.
Es de anotar que bajo esta dirección se lleva a cabo otra investigación trascendental para la ciudad de Pereira como es el caso de la Avenida de los Colibríes que arroja hasta el momento cinco capturas, entre ellas la de un ex alcalde. 
Foto / Director seccional de Fiscalías, César Augusto Bolaños
Padre Valencia
El padre Darío Valencia Uribe tenía 59 años, nació en Risaralda, Caldas y le sirvió a la Iglesia durante 33 años. Fue directivo de la Universidad Católica de Pereira y del Seminario Mayor. Estudió teología en Roma y ante todo era un entregado a su comunidad. Le sobrevive su madre y una hermana, pues su padre Elí Valencia murió en julio de este año sin saber qué había pasado con su hijo.
Prueba de ADN
Se conoció que a la madre y la hermana del religioso ya les tomaron las muestras de ADN, las cuales serán comparadas con los resultados de las pruebas realizadas a la osamenta hallada. Estos análisis no se llevarán a cabo en Pereira, sino en laboratorios forenses de Cali o Manizales. Este proceso también es prioridad para Medicina Legal.
Cifra
7 barridos hizo el grupo especial en las veredas Filo Bonito, Patio Bonito y La Cascada.
COMENTARIOS