Julián Andrés Santa Es cierto que el principal objetivo en cualquier deporte o competencia es buscar poder lograr los mejores resultados o ...
Julián Andrés Santa
Es cierto que el principal objetivo en cualquier deporte o competencia es buscar poder lograr los mejores resultados o ser campeón pero no es lo único valioso o destacable. Va mucho más allá y uno de estos claros ejemplos es el del bolichero risaraldense de 19 años, Johan David Mejía Parra, quien enseña sus conocimientos a niños y jóvenes que tienen alguna discapacidad física y sueñan en grande.
Sus inicios
Mejía tuvo una participación sobresaliente en los Juegos Nacionales de la Juventud. Sus inicios en los bolos fueron desde los tres años y esos primeros pasos los dio entre pines y boliches, inspirado por su padre, quien trabajaba como administrador en una bolera. En ese entonces, apenas podía sostener la bola con sus pequeñas manos, por lo que su familia mandó a hacerle una personalizada con cinco agujeros para facilitar su juego.
Uno de sus más duros momentos
Apenas un año después, ya afrontaba torneos nacionales de la categoría sub-12, mostrando el talento que lo llevaría a convertirse en un referente de esta disciplina en el país a su corta edad. Sin embargo, a los 10 años, vivió un momento complejo: el cierre de la bolera donde entrenaba lo obligó a alejarse del deporte durante tres años. En ese lapso, practicaba una vez a la semana y con recursos limitados.
No desistió y llegaron los frutos
A pesar de esto no perdió el amor por el deporte y en plena adolescencia llegó al equipo élite, donde contó con el apoyo de sus compañeros, quienes le regalaron bolas, mientras él recaudaba dinero dando clases y mantenerse así en competencia. Su esfuerzo y determinación comenzaron a dar frutos. Se convirtió en beneficiario del programa Deportista Apoyado de la Secretaría de Deportes de Risaralda, por lo que ya podía entrenar con mayor estabilidad y dedicarse por completo a su carrera.
Un lindo testimonio
Este risaraldense no solo ha dejado huella en las pistas. Hace dos años, inspirado por el ánimo de un joven con discapacidad cognitiva que logró alcanzar una medalla en un campeonato, decidió crear un proyecto para enseñar bowling a personas con discapacidades físicas, cognitivas y visuales, además de enfermedades genéticas.
Ha transformado su vida
“En vez de yo enseñarles, ellos me enseñan a mí todos los días”, dice Johan sobre esta experiencia que ha transformado su perspectiva de vida. El proyecto, que comenzó en 2023 con solo cinco personas, hoy cuenta con más de 30 deportistas, gracias al apoyo de sus familiares y al Programa de Atención Deportiva PAD. Su compromiso no se limita a enseñar, busca dejar un legado en cada uno de ellos, promoviendo valores como el respeto, el juego limpio y la integridad.
“No es ganar, es dejar un legado”
Más allá de las medallas que pueda conseguir, su verdadera victoria ya está escrita, un camino lleno de pasión, superación y un profundo compromiso por inspirar a los demás, dentro y fuera de las pistas. “El mejor deportista no es el que siempre gana, sino el que es íntegro, el que deja un granito de arena en la sociedad. Lo importante no es ganar, es dejar un legado, un nombre, unos valores”, mensaje que Johan ya irradia en estos juegos a través del ejemplo.
Se destacaron en festival en Pereira
Jóvenes deportistas de clubes de Quindío y Risaralda, se dieron cita en la bolera Consotá de Pereira en el Bowling Fest 2023, evento organizado por padres de familia con la participación de deportistas menores de 21 años el seguimiento de las ligas de bolo y Comfamiliar Risaralda.
Diego Mariño, presidente de la Liga Risaraldense, expresó: “Una bonita manera de celebrar navidad y finalizar el año deportivo para estos jóvenes bolicheros que luego del festival disfrutaron de una divertida tarde de cine. Disputadas seis líneas los resultados mostraron que la jugadora de la liga, Sara Mariño Soto, de 10 años de edad, ocupó la primera posición; el segundo fue Ángel Gabriel Ariza de 19 años, de la Liga De Bolo Quindío, mientras que la tercera casilla fue ocupada por Juan Camilo Rivera de 14 años también de Risaralda.
Estos fueron los resultados:
1. Sara Mariño. 10 años. Club Cafeteros. Risaralda. 162.0
2. Ángel Gabriel Ariza. 19 años. Café Bolo Club. Quindío. 160.8
3. Camilo Rivera. 14 años. Club Cafeteros. Risaralda. 160.4
4. Samuel Marín. 15 años. Club Correcaminos. Risaralda. 152.5
5. Felipe Soto. 17 años. Club Correcaminos. Risaralda. 148.0
6. Maria José Marín. 13 años. Club Correcaminos. Risaralda. 147.6
7. Violeta Botero. 11 años. Club Cuyabros. Quindío. 144.9
8. Nicolás Herrera. 10 años. Escuela Comfamiliar. Risaralda 144.7
9. Sofía Arango. 15 años. Club Cuyabros. Quindío. 144.4
10. Sofía Victoria. 14 años. Club Cuyabros. Quindío. 122.2
Es cierto que el principal objetivo en cualquier deporte o competencia es buscar poder lograr los mejores resultados o ser campeón pero no es lo único valioso o destacable. Va mucho más allá y uno de estos claros ejemplos es el del bolichero risaraldense de 19 años, Johan David Mejía Parra, quien enseña sus conocimientos a niños y jóvenes que tienen alguna discapacidad física y sueñan en grande.
Sus inicios
Mejía tuvo una participación sobresaliente en los Juegos Nacionales de la Juventud. Sus inicios en los bolos fueron desde los tres años y esos primeros pasos los dio entre pines y boliches, inspirado por su padre, quien trabajaba como administrador en una bolera. En ese entonces, apenas podía sostener la bola con sus pequeñas manos, por lo que su familia mandó a hacerle una personalizada con cinco agujeros para facilitar su juego.
Uno de sus más duros momentos
Apenas un año después, ya afrontaba torneos nacionales de la categoría sub-12, mostrando el talento que lo llevaría a convertirse en un referente de esta disciplina en el país a su corta edad. Sin embargo, a los 10 años, vivió un momento complejo: el cierre de la bolera donde entrenaba lo obligó a alejarse del deporte durante tres años. En ese lapso, practicaba una vez a la semana y con recursos limitados.
No desistió y llegaron los frutos
A pesar de esto no perdió el amor por el deporte y en plena adolescencia llegó al equipo élite, donde contó con el apoyo de sus compañeros, quienes le regalaron bolas, mientras él recaudaba dinero dando clases y mantenerse así en competencia. Su esfuerzo y determinación comenzaron a dar frutos. Se convirtió en beneficiario del programa Deportista Apoyado de la Secretaría de Deportes de Risaralda, por lo que ya podía entrenar con mayor estabilidad y dedicarse por completo a su carrera.
Un lindo testimonio
Este risaraldense no solo ha dejado huella en las pistas. Hace dos años, inspirado por el ánimo de un joven con discapacidad cognitiva que logró alcanzar una medalla en un campeonato, decidió crear un proyecto para enseñar bowling a personas con discapacidades físicas, cognitivas y visuales, además de enfermedades genéticas.
Ha transformado su vida
“En vez de yo enseñarles, ellos me enseñan a mí todos los días”, dice Johan sobre esta experiencia que ha transformado su perspectiva de vida. El proyecto, que comenzó en 2023 con solo cinco personas, hoy cuenta con más de 30 deportistas, gracias al apoyo de sus familiares y al Programa de Atención Deportiva PAD. Su compromiso no se limita a enseñar, busca dejar un legado en cada uno de ellos, promoviendo valores como el respeto, el juego limpio y la integridad.
“No es ganar, es dejar un legado”
Más allá de las medallas que pueda conseguir, su verdadera victoria ya está escrita, un camino lleno de pasión, superación y un profundo compromiso por inspirar a los demás, dentro y fuera de las pistas. “El mejor deportista no es el que siempre gana, sino el que es íntegro, el que deja un granito de arena en la sociedad. Lo importante no es ganar, es dejar un legado, un nombre, unos valores”, mensaje que Johan ya irradia en estos juegos a través del ejemplo.
Se destacaron en festival en Pereira
Jóvenes deportistas de clubes de Quindío y Risaralda, se dieron cita en la bolera Consotá de Pereira en el Bowling Fest 2023, evento organizado por padres de familia con la participación de deportistas menores de 21 años el seguimiento de las ligas de bolo y Comfamiliar Risaralda.
Diego Mariño, presidente de la Liga Risaraldense, expresó: “Una bonita manera de celebrar navidad y finalizar el año deportivo para estos jóvenes bolicheros que luego del festival disfrutaron de una divertida tarde de cine. Disputadas seis líneas los resultados mostraron que la jugadora de la liga, Sara Mariño Soto, de 10 años de edad, ocupó la primera posición; el segundo fue Ángel Gabriel Ariza de 19 años, de la Liga De Bolo Quindío, mientras que la tercera casilla fue ocupada por Juan Camilo Rivera de 14 años también de Risaralda.
Estos fueron los resultados:
1. Sara Mariño. 10 años. Club Cafeteros. Risaralda. 162.0
2. Ángel Gabriel Ariza. 19 años. Café Bolo Club. Quindío. 160.8
3. Camilo Rivera. 14 años. Club Cafeteros. Risaralda. 160.4
4. Samuel Marín. 15 años. Club Correcaminos. Risaralda. 152.5
5. Felipe Soto. 17 años. Club Correcaminos. Risaralda. 148.0
6. Maria José Marín. 13 años. Club Correcaminos. Risaralda. 147.6
7. Violeta Botero. 11 años. Club Cuyabros. Quindío. 144.9
8. Nicolás Herrera. 10 años. Escuela Comfamiliar. Risaralda 144.7
9. Sofía Arango. 15 años. Club Cuyabros. Quindío. 144.4
10. Sofía Victoria. 14 años. Club Cuyabros. Quindío. 122.2
COMENTARIOS